Resumen: Costa Rica se ubica en una zona de alta sismicidad. Desde tiempos históricos existen evidencias de una alta actividad sísmica en todo el territorio nacional, entre ellas los relatos de importantes terremotos en la época de la colonia y durante los últimos años la ocurrencia de varios terremotos con saldos significativos en pérdidas económicas y humanas.
En el contexto tectónico en el que se ubica Costa Rica, sobresale la fosa Mesoamericana, que se ubica a lo largo de la costa pacífica. En esta zona, la placa de Coco se sumerge bajo la placa Caribe. Bajo la región de Guanacaste y la zona norte la subducción alcanza profundidades de entre 100 y 200 km. Sobre esta misma zona, en la corteza, se han identificado una serie de fallas responsables de sismos históricos importantes, como los de Bagaces (1939 y 1941), Guatuso (1911), entre otros.
A partir de enero del 2002, la actividad sísmica en la zona de Upala se incrementó significativamente. El domingo 27 de enero, un fuerte sismo (5,4 MW; 5,3 Mc; 4,9 ML) sacudió la zona de Bijagua de Upala, provocando la alarma de la población y algunos daños menores en casas de madera de mala calidad. Las intensidades máximas generadas fueron de VI (escala Mercali Modificada).
Este informe pretende describir los efectos del evento principal de la secuencia sísmica que sacudió la zona de Upala durante el mes de enero del 2002. Se presentan además los resultados de la visita a la zona epicentral durante los tres días siguientes a la ocurrencia del sismo principal.
Autor
Géol. Lepolt Linkimer A.