2011-05-31 19:23:59 |
Propagación de ondas |
Las ondas sísmicas tienen las mismas propiedades que cualquier otro tipo de ondas (como por ejemplo las ondas sonoras). En esta sección se definen dos puntos importantes para comprender mejor el fenómeno de la propagación: amplitud y período. La amplitud de la onda es el pico máximo medido desde la línea central (A en el gráfico). El período se refiere al tiempo que transcurre para completar un ciclo (P en el gráfico). Por lo general, las ondas de período corto son las que poseen amplitudes mayores, mientras que las de períodos largos poseen amplitudes menores.
Cuando se genera un terremoto, toda la energía de éste golpea con mayor fuerza las zonas cercanas al epicentro. Las ondas sísmicas en esa región se caracterizan por poseer amplitudes altas y períodos cortos (punto A). A partir de allí, conforme las ondas se propagan por todas direcciones, éstas empiezan a perder energía. Esta pérdida de energía se refleja claramente en la disminución de la amplitud de la onda. Es por esta razón que una persona ubicada cerca del epicentro en el punto A, por ejemplo, experimentará un movimiento mucho más fuerte que una ubicada en el punto C. También, una persona en el punto A sentirá que el sismo dura solo unos instantes, mientras que una persona en el punto B sentirá que éste dura un poco más y una persona en el punto C sentirá que el movimiento dura mucho más tiempo. Todo esto es debido precisamente a que los períodos largos tienen a predominar conforme aumenta la distancia tal y como se muestra en la Figura 2. A distancias mucho mayores, el sismo no pasará de ser un leve movimiento del suelo perceptible solo para personas en estado de reposo.
La trayectoria de las ondas sísmicas por la corteza terrestre es mucho más complicada de lo que muestra la Figura 2, debido a que la Tierra está formada por diferentes capas con propiedades como densidad, espesor y constitución distintas para cada una de ellas. En la Figura 3 se observa cómo las ondas tienden a cambiar de ángulo conforme atraviesan diferentes capas de la Tierra. No solo eso, sino que dentro de cada capa existen otro tipo de irregularidades que también dificultan la propagación (como el punto B). Todos estos obstáculos producen pérdidas de energía a las ondas sísmicas. Cuando las ondas llegan a algún sitio en la superficie, éste ejerce otro tipo de influencia mucho más importante. La superficie de la Tierra esta compuesta siempre por material mucho menos consolidado que las capas interiores debido a procesos propios de sedimentación, precipitación, erosión, etc. que solo ocurren en las capas más superficiales. El material blando (como los suelos arcillosos o arenosos)ejerce un efecto amplificador sobre las ondas. En el punto C de la Figura 3, las ondas llegan a un sitio que es mucho más blando que el de los puntos A y B. Ante tales cambios de densidad, las ondas sísmicas tienden a aumentar su amplitud a pesar de la distancia. Este cambio de amplitud puede, incluso, ser comparable con el de sitios mucho más cercanos al epicentro.
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