2020-12-21 18:15:04 |
Terremoto de Alajuela, 30 años |
El terremoto de Alajuela ocurrió el 22 de diciembre de 1990, hoy hace 30 años. Fueron muchos los daños que ocasionó el movimiento en esa ciudad y que quedaron evidenciados en múltiples fotografías de estructuras dañadas. Su magnitud se calcula en Ms 5.7 (Montero y Rojas, 2014), Mw 5.9 (Global CMT). El nombre correcto debería ser terremoto de Piedras Negras, ya que el epicentro del mismo se originó en esa localidad, unos 20 km al suoreste de Alajuela. La ciudad importante más cercana era la de Santiago de Puriscal, misma que había sido dañada de manera importante por un enjambre sísmico que se venía presentando en la zona. Este fue un sismo somero (de poca profundidad), por lo cual se esperaría que la energía liberada afectara únicamente las cercanías de la zona epicentral donde se concentrarían los daños. La energía debía atenuarse fuertemente con la distancia, pero los registros de aceleración y los daños observados indican que no sucedió así. Una posible explicación para los daños en la ciudad de Alajuela podría ser el efecto de amplificación del suelo o efectos de sitio. Los suelos blandos tienden a amplificar la señal sísmica en diferentes períodos, algunos de los cuales pudieron haber coincidido con el de las estructuras. Otra posibilidad sería que hubiera ocurrido algún efecto de directividad. La directividad es cuando una falla enfoca la energía de la ruptura en una dirección particular. La siguiente simulación numérica muestra como un pico de gran amplitud alcanza la ciudad de Alajuela luego de afectar la de Santiago de Puriscal. El acelerógrafo ubicado cerca del Parque Central de Alajuela registró un valor de 415 gales o cm/s2 (Ramírez y Brenes, 1994). Este valor de aceleración sería el más alto medido por el LISUCR en los próximos 19 años, hasta la ocurrencia del terremoto de Cinchona en el 2009. Esto no significa que otros sismos, como el de Limón en 1991, no hayan excedido ese valor, sino que debido a la limitada cobertura espacial de los equipos en esa época, ese registro no sería superado. Al día de hoy, 22 de diciembre del 2020, el registro del terremoto de Alajuela en el Parque Central de esa ciudad, sigue siendo el de mayor amplitud registrado en una zona urbana del centro del país. El análisis del registro en esa ciudad indica que el movimiento alcanzó un valor de en la escala japonesa JMA= 6- (intensidades en la escala Mercalli entre VIII - X). La escala JMA (que va de 0 a 7) toma en cuenta la duración de la fase fuerte así como la amplitud máxima de la señal sísmica. Un valor de 6- corresponde a una sacudida muy intensa en la que es difícil mantenerse en pie, estructuras poco sismo-resistentes sufren daños de consideración y hay caída de objetos y movimientos de muebles pesados. La ciudad de Alajuela también podría verse afectada por una falla mucho más cercana y peligrosa. Esta lleva el mismo nombre de la ciudad y se muestra en el siguiente mapa (traza de color rojo) con los valores de intensidad máxima que podría generarse si esta rompiera con un M6.4. En uno de los peores escenarios, 1,6 millones de personas experimentarían intensidades del orden de VI-VIII en la escala Mercalli.
MONTERO, W. & ROJAS, W. (2014). Las fallas Purires y Picagres, y su relación con la secuencia sísmica del Puriscal de 1990. Rev. Geol. Amér. Centr (50), p 39-69. RAMIREZ, R. & BRENES, W. (1994). Registro de aceleraciones, terremoto del 22 de diciembre de 1990, Valle Central, Costa Rica –Informe interno, Laboratorio de Ingeniería Sísmica, |